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26 Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, á puestas del sol se lo volverás:

27 Porque sólo aquello es su cubierta, es aquel el vestido para cubrir sus carnes, en el que ha de dormir: y será que cuando él á mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.

28 No denostarás á los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.

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